Las personas somos realmente mucho más que nuestros límites. Aunque muchas veces el estrés, el miedo, las expectativas o una baja autoestima puedan condicionarnos, en realidad, los únicos límites que impiden que consigamos nuestras metas, están en nuestra mente.
Las personas que tartamudeamos, por alguna razón, pensamos que no somos capaces de hacer algo y cualquier problema, por pequeño que sea, se hace enorme y no podemos con él; nos volvemos incapaces de pensar con claridad o de buscar alternativas porque nuestra inteligencia y recursos están totalmente inhabilitados por nuestras propias creencias. Pensamos que no podemos, y entonces actuamos como si de verdad no pudiéramos.
Eres tú quien decide donde están tus límites. Cuanto más te arriesgas y te atreves a aprender, a experimentar, más amplías ese espacio seguro consiguiendo que tus limitaciones estén cada vez más lejos del epicentro: de ti. Plantéate hacer cosas diferentes, empieza poco a poco, permítete equivocarte, permítete incluso tartamudear sin complejos.
PIDE AYUDA, no pongas freno a tus capacidades. Sin darte cuenta, irás incorporando mejoras, actuarás cada vez con más destreza y tu nivel de miedo, ansiedad o incertidumbre será cada vez menor.
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http://www.diariodeavisos.com/2015/02/voy-al-psicologo-porque-estoy-loco-por-tamara-rosa/
