21/10/2014 Por Fundación TTM

Efecto Santiago

Ha llegado el día 22 de Octubre, Día Internacional de la Tartamudez, nuestro Santiago, el final del camino. El cabo de nuestra lucha y el principio de nuestra renovación se forjó en aquella Plaza del Obradoiro, en la piedra húmeda donde se sellan los epitafios y se cumplen las promesas. Encima de una tarima, en apenas un metro cuadrado nació el nuevo movimiento que desembocó en este 22 de Octubre, inicio de la Revolución Naranja, esperanza de ese niño del futuro que olvidará que tartamudea, y que cambiará su sueño de hablar fluido por el feliz deseo de viajar a Eurodisney. Gracias a todos los miembros de esta fundación por hacerlo realidad.

Recordemos en este aniversario universal aquel Efecto Santiago, ese grito de los callados donde las palabras cambiaron de bando y llenos de rabia y orgullo alejamos nuestros fantasmas a golpe de micrófono y eco en las paredes de la Catedral de Santiago.

 

 

Están a los que les gusta vivir deprisa
Los que se refugian en su yo interior
Los que usan siempre la misma ropa
Los que llevan amuletos,
Los que les gusta pensar en verde

 

Hay quién se levanta amando,

Quién mira a su pareja sin ver,

Quién es consciente de estar vivo,

Quién muere sin vivir, aún odiando

Quién sueña con volverla a ver…en el bar de siempre.

 

…y estamos nosotros,

Que además de otras cosas,

puede que entrañables, odiosas, adorables o mezquinas,

somos personas que tartamudeamos.

 

 

En nuestro cuerpo hay la misma cantidad de músculos,

Y en nuestras venas corre la misma sangre.

Si bien nuestras palabras son perezosas, lentas, sinuosas,

Pero su significado, si no tienes prisa, es el mismo.

 

Difícil nuestra lucha,

Cuando no son los demás,

sino nosotros mismos el enemigo.

Cuando el miedo agarrota,

atenaza nuestra boca,

y el objetivo eres tú.

 

 

Por eso estamos hoy en Santiago,

venciendo nuestros fantasmas,

deslizando palabras, construyendo frases,

llegando a ti sin que nos apartes,

haciendo que nos escuches,

y hasta nos comprendas.

 

Como si cada bloqueo fuera el último,

Convencidos de que la vida misma es un desafío.

Sufriendo sin quejarnos, sabiendo que el dolor pasa, el sudor se seca y el cansancio termina…

 

Después de un largo viaje dentro de nosotros hoy amanece algo que ya nunca desaparecerá…

«La satisfacción de haberlo logrado, de haber llegado hasta aquí»

 

Escucha el audio.